Se llama Jesús. Lo llaman Mesías. No tiene oficio ni residencia. Dice ser hijo de Dios, y también dice que bajó del Cielo para incendiar el mundo.
Forajido del desierto, anda alborotando aldeas. Lo siguen maleantes, malhechores, malvivientes.
Promete el Paraíso a los miserables, a los esclavos, a los locos, a los borrachos y a las prostitutas. Propaga el Amor como sistema de vida.
Engaña al populacho sanando leprosos, levantando muertos, multiplicando panes, peces, y haciendo otras magias y hechicerías.
No respeta la autoridad romana ni la tradición judía. Ha vivido siempre fuera de la ley.
Lleva treinta y tres años huyendo de la sentencia de muerte que recibió al nacer.
Es un PELIGRO para Israel, y para el Imperio Romano.
¡La cruz lo espera!
Eduardo Galeano.